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Mi experiencia al encontrar la rana de Kambo en la selva peruana

por Esther Kaijim

Master Practitioner IAKP

En septiembre de este año, viajé de Bali a Europa para asistir al curso de formación de profesores y asistir a Chipre. Después de eso, decidí que sería una excelente oportunidad para tratar de llegar a la selva amazónica para conocer a nuestra rana, con o sin cerrojo... Así que planeé viajar a Perú vía México en noviembre. Y tras una semana en Lima, viajé a Iquitos para planificar la entrada en la selva.

Karen me había dicho que las ranas Kambô podían encontrarse en la región de Herrera. Conseguí localizar un encantador alojamiento dirigido por dos ingleses que se trasladaron a la región hace cuatro años. Tienen huéspedes que se alojan a veces y organizan paseos por la selva y viajes en barco por el río para visitar las comunidades locales, todo ello de forma muy informal.

El guía de la selva que nos recomendaron (que se llamaba Italo) también trabajaba con Kambô. Encuentra las ranas, coge la secreción y se la aplica a la gente local cuando está enferma. Estuvo encantado de llevarme a un paseo nocturno por el bosque para encontrar las ranas. Fue muy especial escuchar el canto de las ranas cuando nos adentramos en la selva. Tardamos unas 3 horas en encontrar dos bellezas sentadas entre el follaje de la selva. El guía Italo se subió con entusiasmo al árbol para coger las dos ranas y las bajó.

El momento en que abracé a nuestros amigos fue realmente mágico. Sentí como un manantial de amor y bendiciones.... ¡Wow!

Caminamos con las ranas de vuelta a su casa en el pueblo cercano, y la noche siguiente procedió a mostrarme cómo cosechar la medicina. Este hombre tiene una hermosa conexión con las ranas, y estoy muy agradecida por haber presenciado el proceso de ordeñar la secreción. Fui testigo de primera mano de que las ranas no sufren ningún tipo de estrés ni daño. A continuación, volvimos al lugar donde las encontramos y liberamos a las bellezas de vuelta a casa.

Al día siguiente quise recibir la medicina fresca de las ranas que había sostenido y con las que me había sentado las noches anteriores. Italo me sirvió el Kambô, al estilo de la selva. ¡Sólo puedo decir que sentí puro amor, gratitud y felicidad!

Nuestras ranas Kambô son criaturas mágicas e increíbles, y me siento muy afortunada de haber tenido esta experiencia y de llevar su energía.

Os deseo a todos magia para el 2021.

Esther